Creo que no hace
falta ser científico para decirte que dormir es importante. Uno de los grandes
beneficios es que puedes ser más productivo y disfrutar más de tus labores.
Muchas personas
creen que dormir 8 horas es una exageración, yo he sido una de ellas, creía que
con dormir 4 o 5 horas era más que suficiente para rendir el día y así poder
avanzar a todas nuestras actividades.
Debo decirte que por
un tiempo con afán de terminar más
pronto a mis pendientes, decidí
sacrificar mis horas de sueño, al principio no sentí algún cambio, seguía trabajando y podía adelantar a más cosas. Sin embargo
con el paso de los días y las semanas me di cuenta que en lugar de ser más
productiva estaba ocurriendo todo lo contrario.
Empecé a sentirme más
cansada cada día, me costaba horrores levantarme, estaba somnolienta todo el
día, me irritaba fácilmente, empezaba a sufrir dolores de cabeza, cuando me
hablaban los demás, tardaba siglos en darme cuenta y responder a lo que me decían
y lo peor de todo es que cuando realizaba una actividad, me tardaba más de lo que
solía tardarme, ya había llegado a duplicar el tiempo en hacer una misma actividad...
Lo cierto es que
los malos hábitos de sueño con el tiempo pueden provocar graves problemas o trastornos
además de cansancio, debilidad y robarte la creatividad.
¿Quieres saber cuántas
son las horas recomendables que necesitas dormir de acuerdo a tu edad? Mira el
siguiente gráfico de sleepfundation.org o lee este artículo en ingles.
A continuación te
presento los beneficios en tu productividad de darle al sueño la prioridad que
se merece.
Reaccionas mejor y más rápido a las cosas.
Si reduces tus
horas de sueños en 2 días seguidos o
dejas de dormir bien, tu capacidad de atención y velocidad de reacción disminuyen
significativamente. Cuando no prestas la suficiente atención a las cosas que
realizas, tus tareas se pueden volver más pesadas.
Mejoras tu creatividad y resuelves los problemas más rápido.
Con una mente
descansada vez las cosas con más claridad lo que te permite encontrar más rápido
soluciones ante los problemas. Después de una buena siesta tu cerebro esta más
fresco para buscar nuevas alternativas, mejores opciones de solución y atacas
los problemas con más inteligencia.
Te ayuda a dejar de postergar las cosas.
Cuando no duermes
muy bien tus niveles de energía son bajos y eso provoca que no tengas tantas ganas
para hacer las cosas que haces normalmente, obsérvalo, inconscientemente
tenderas a posponer algunas las cosas o a pasarlas para el último minuto.
No llegas a tu puesto de trabajo como si te hubieras tomado unos tragos.
¿Sabías que si te
quedas sin dormir alrededor de 17 a 19 horas seguidas, tu cerebro empieza a
actuar de la misma forma que si hubieras bebido y en tu sangre corriera una concentración
del 0.05% de alcohol? Tu velocidad de respuesta disminuye un 50% y tu precisión se vuelve significativamente más pobre,mira aquí el estudio en inglés. Si hablamos de 24 horas sin dormir es análogo a
tener un 0.1% de concentración en la sangre.
Tendrás una mejor memoria.
¿No te ha pasado
que cuando llegas a tu trabajo resulta que olvidaste los lentes, la cartera, el
celular o las llaves de tu oficina? ¿O que se te olvido hacer algo importante?
Cuando empiezas a dormir bien, te darás cuenta que empiezas a recordar más
seguido, las cosas pendientes.
Además si aprendes
algo nuevo y después de hacerlo tomas una siesta corta, será más fácil que
recuerdes la información.
Mejoras tu ánimo para trabajar.
Cuando duermes lo
suficiente, además de sentirte con más energía, eres más feliz, tienes una sensación
mental agradable y esto te permite trabajar con más entusiasmo y estar más preparado
para afrontar el día.
Tus jornadas de trabajo serán menos pesadas.
No es que con el
sueño disminuyas las actividades que debes de realizar en tu trabajo o su
dificultad, más bien contarás con más energía y quizá no te sientas agotado a
media jornada, sino tu energía te durará mucho más. Dicho de otra forma,
alargas la duración de tus pilas.
Reduces el estrés.
Una persona con
sueño pueden entrar muy fácilmente a una situación de estrés. Y después con estrés
y cansancio a uno le cuesta trabajo conciliar el sueño.
¡Duerme más! Ahora
ya lo sabes… a dormir se ha dicho.
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