Mide tus deseos, pesa tus opiniones, cuenta tus palabras. Pitágoras.
Muy a menudo cuando se ve uno envuelto en una discusión, se
puede llegar a un punto en el que ya no importa quién tiene la razón y quien está
equivocado. En dicha discusión, la lógica se fue acabando. Ahora lo que
importa es ganar… O al menos eso es lo que piensan las personas envueltas en la
discusión cuando esta, ya se encuentra en un tono mayor…
Daniel Cohen lo llama la metáfora de la guerra, donde una
vez que la discusión se desata es como si se desatara la guerra, lo correcto ya
no importa, lo que importa es ganar por cualquier medio…
Sin embargo al final de la discusión puede quedar un mal
sabor de boca independientemente si ganas o no la pelea, sobre todo por el
grado a la que la discusión puede llegar y afectar a los involucrados.
Discutir no es malo, pues es una oportunidad para ampliar
perspectivas, sin embargo debemos evitar por todos los medios que la discusión se
salga de control y terminar diciendo
cosas de las cuales nos podamos arrepentir más tarde.
Quiero decirte que ganar la discusión no siempre significa
tener la razón, ganar a veces implica saber ponerle fin a un conflicto de
manera que ambas partes salgan bien del mismo.
Aquí te presento mis 5 pasos de cómo puedes ganar una discusión. Con estos 5 pasos puedes ganar de dos formas:
- La primera es persuadiendo a la persona para convencerlo de
tu punto de vista.
- La segunda ganando al perder la discusión… ¿Cómo?... Cuando se
dé el caso en que es mejor darle la razón
a tu contrincante y aprender algo nuevo para ampliar tus perspectivas.
Ganas o ganas… Y los pasos son:
Paso 1: Baja las armas.
Bajar las armas no implica renunciar a lo que crees o dejar de defender tus opiniones. Simplemente
se trata de que para poder ganar la discusión, no debes forzar la situación para
obligar a la otra persona a que acepte tus opiniones.
Se trata de cambiar tu actitud y dejar de estar a la
defensiva para también dar la oportunidad de que la discusión se torne a algo
positivo y no a una guerra de poderes.
Paso 2: Desarma a tu compañero.
a) Reconoce a la otra persona
En este punto es demostrarle a la otra persona con nuestros
gestos, nuestras posturas y nuestra forma de hablar, que hemos bajado las armas
y que nuestro objetivo no es ganar una batalla.
Si se trata de tu pareja, puedes hacerle una demostración de
afecto para generarle confianza.
Si se trata de un compañero de trabajo, amigo o conocido,
puedes pronunciarle un halago a su persona.
El objetivo es el mismo generar
confianza.
b) Escucha
Si no eres capaz de tener mente abierta, al menos haz que lo
parezca, es decir no demuestres que solo piensas en ti y en verdad escucha lo
que la otra persona tiene que decirte. Haz un esfuerzo por considerar las
opciones de los demás, para que ellos también estén dispuestos a escuchar tus
ideas.
La otra persona en verdad debe darse cuenta de que lo
escuchas, aunque no estés de acuerdo con su opinión. Así que déjala expresarse.
Paso 3: Se empático
En otras palabras se compasivo, demuéstrale que entiendes como
se siente y se comprensivo, hazle saber que percibes su punto, esto aumentará más
su confianza.
Paso 4: Trata de ver el problema desde la perspectiva de la otra persona
Trata de ponerte en sus zapatos, descubre si la persona en
si se siente amenazado, molesto o ansioso. Esto te permitirá saber el motivo
por el cual continúa la discusión y poder frenarla antes de que se ponga crítica
la situación.
Paso 5: Ejerce influencia
Una vez que ya hayas generado la confianza suficiente, hayas
creado un ambiente más tranquilo, hayas escuchado los puntos de la otra persona
y hayas entendido su sentir, ella seguramente hará gestos de apertura, entonces
es tu momento de actuar.
Recuerda que tus argumentos deben de ser válidos y no
guiados por tus emociones.
Debes conocer de lo que hablas y no afirmar algo sin tener
la certeza. Pues podrías ser retado al respecto. Si esto sucede, seguramente querrás empeñarte en no admitir
tu error, pero no debes hacerlo.
Por eso, si vas a debatir un tema procura tener argumentos
potentes y demostrables.
Expresa tus sentimientos, pero sin alterarte. Realmente no
tienes que pensar tanto en lo que la otra persona está diciendo, lo que debes hacer
es cuidar es lo que vas a decir tú.
Si te das cuenta de que estas en un error, no pasa nada, reconócelo
y piensa que es buena oportunidad para ampliar tu perspectiva aceptando nuevos puntos
de vista.
La clave importante… Controla tus emociones
Recuerda que…
- No debes pelear por orgullo, pues con eso solo logrará
afectar tu autoestima.
- Controla tus emociones, nadie tomará en serio tus opciones,
soluciones y opiniones si te ves alterado, pues pone en duda tu buen criterio.
- Las discusiones más absurdas surgen por estrés, cansancio,
nervios y hambre. Si te estas alterando o se está alterando la otra persona,
piensa que no es el mejor momento para discutir y exprésalo suavemente.
- No olvides que los sentimientos son independientes de los
hechos.
- La discusión la gana aquel que no
pierde el control.
- No conviertas las discusiones en algo personal cuando no lo son. Así que no insultes o
traigas cosas del pasado para ganar o manipular la situación. Recuerda que lo
importante es acabar la discusión y no crear resentimientos.
- No quieras tener la razón siempre y date la oportunidad de
probar cosas nuevas. “Querer convencer para que las cosas se hagan a tu manera”
y “Demostrar que el otro está equivocado”, no siempre apoya una buena relación. Debes de tener la apertura para ceder en
ocasiones y así ganar más.
- Mantente optimista ya que nadie encontrará una solución a un
conflicto si piensa que no la tiene.
Lo prudente es suponer que nadie tiene completa razon, ni nadie deja de tenerla por completo. Hebert Spencer.
¿Te ha servido? Si así lo consideras o crees que a alguien
más le puede ser de utilidad, te invito a compartir.
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