10/9/14

9 consejos para calmar a tu ogro interno, cuando el enojo estalla

Por cada minuto que estés enojado, pierdes 60 segundos de felicidad....



El Enojo, una emoción difícil de controlar muchas veces, sin embargo es una emoción de lo más natural en el ser humano. Lo malo no está en enojarse, sino más bien, esta en como respondemos ante el enojo.

El enojo es una respuesta a la frustración que se experimenta en un momento dado. Muchos creen que expresarlo es gritar, castigar, lastimar o desquitarse. Pero lo anterior no es más que un síntoma del mal manejo que se tiene sobre esto. 

No saber manejar esta emoción, puede traer consecuencias muy dolorosas, sentir frustración, realizar acciones sin pensar, herir a los demás, herirte a ti mismo, incluso generar violencia o también reprimirlo y explotar más adelante, para sentirse peor después. Además de que el enojo también se acumula en el cuerpo, provoca hipertensión arterial o depresión por ejemplo.

¿Vives enojado con la vida? ¿Explotas fácilmente? ¿No sabes cómo controlar el enojo?

Checa estos consejos, utilices y que yo personalmente los pongo en práctica y han sido muy efectivos….

Cuando el enojo estalle:

Evalúa la causa del enojo: ¿Vale la pena enojarse por eso?, ¿Vas a sacrificar unos segundos, minutos, horas, días o incluso años de tu felicidad por estar enojado por eso? ¿Qué puede hacerse para que se te quite el enojo?

Expresa tu enojo: ¿Es valida la causa por la cual te enojaste? Exprésalo…Pero Aguas!!! La forma en como lo expreses marcara la diferencia… Si lo expresas azotando puertas, gritando y lastimando, mejor ni le muevas, pues solo empeoraras las cosas… La correcta manera de expresar tu enojo es externarlo sin desquitarte, sin ofender, hacer saber lo que estas sintiendo y porque, así como también demandar lo que consideras que aliviar tu enojo, Siempre y cuando sea con tranquilidad y cortesía.

Tiempo fuera. ¿Necesitas un tiempo para tranquilizarte, antes de expresar tu enojo? La verdad es que la mayoría de nosotros, si necesita este tiempo para enfriar las cosas. Para poder pensar con tranquilidad y coherencia. Así que toma tu espacio y tu tiempo, aléjate para que puedas relajarte. Pues entre más te enojas, peor se ponen las cosas, te puede poseer tu ogro interno y luego te preguntaras porque de algo tan pequeño hiciste una tormenta. Así que toma tiempo fuera.

Que sea con persona correcta y situación correcta: Muchas veces nos enojamos y desquitamos con quien ni tenía vela en el entierro o veníamos tan enojados, que pasamos a arruinar el momento inadecuado. Así que  hay que pensar antes de actuar para no pasar a amolar a otros.

No lo reprimas: No guardes el enojo, porque con quien te estas desquitando es con tu cuerpo y después hasta con un infarto puedes terminar. Respira, relájate, y cuando ya estés calmado, extérnalo, pero no te lo guardes y no guardes resentimientos.

Acepta lo que no puedes cambiar: Hay hechos y situaciones que por más enojados que estemos, ya no van a cambiar, así que déjalo ir, lo hecho, hecho esta, dale vuelta a la hoja y continua con tu vida, no pierdas tu tiempo enojándote de más.

Se empático… no juzgues y recrimines, mejor trata de comprender a los demás, ponte en sus zapatos, no es fácil ponerse en los zapatos de los demás, pero cuando haces el intento de ver la perspectiva del otro, puedes entender mejor las razones de los demás y comprender que todos nos equivocamos.

Se tolerante. Va muy de la mano con ser empático. Y Además en verdad hay que calmar las neurosis de uno mismo. Piensa que el entorno influye en ti y en los demás, y si te pones como chango con mecate, lo único que lograras es que los demás también se pongan agresivos ¿No crees?

No te tomes las cosas personales. No vivas creyendo que todo el mundo te va a hacer daño. O que todo lo que hacen es para ofenderte o lastimarte. La gente muchas veces actúa sin pensar y sin querer hacer un daño en realidad. Nadie es perfecto, todos cometemos errores y muchas veces no lo hacemos con intensión.

Si lo sabré yo.... Pues yo, aunque no  lo creas, por un buen rato viví enojada con la vida…. cuando era pequeña, era una niña muy inocente y crédula de todo lo que me decían, entregaba mi corazón entero a mis amistades y desafortunadamente, tuve amistades que me afectaron mucho y tuve la mala experiencia de sufrir burlas en mi entorno de todo tipo… tenía un carácter muy débil y no tuve la fortaleza mental para poder defenderme…. Y me enoje mucho, me enoje mucho con todas esas personas que nunca se dieron cuenta de cuanto me hirieron sus palabras y me enoje mucho conmigo misma por no saber cómo defenderme y afrontarlo. Reprimía ese enojo y lo descargaba con quien no lo merecía, y entonces vivía enojada con la vida y me había jurado a mí misma que no me iba a dejar de nadie, por ende me lo tomaba todo personal y confiaba en muy pocas personas, pues no supe canalizar mi enojo, nadie supo ayudarme y tuve que aprenderlo sola... Y la verdad pocos saben esto de mí, en realidad los que realmente han llegado a conocerme en un sentido mucho más profundo, pero hoy quiero contarlo porque es parte de mi pasado y porque de ello aprendí algo. Que no está mal sentirse enojado, pero que es importante saber canalizarlo, expresarlo y a no tomarme las cosas personales. 

A la fecha todavía puedo llegar a enojarme, pues también es parte de mis emociones y de mi condición humana, emociones que no podemos evitar y que no debemos reprimir…. La diferencia es que ahora  me tomo la vida más a la ligera, aplico todos los consejos que te acabo de dar. Y pienso que valen mas unos segundos de felicidad que un minuto de amargura.

Recuerda, el que se enoja pierde!
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